lunes, 30 de mayo de 2016

Crisis política y de identidad



Ya hemos visto y analizado el tipo de gobierno de Líbano, su diversidad cultural, guerras importantes, conflictos que la rodean, y el terrorismo en la zona. También hemos repetido reiteradamente que Líbano es un intento de organización equitativa y tolerante, que dada las condiciones y diferencias que le afectan no logra consolidarse como un Estado fuerte ante un mundo y culturas en que sus problemas van mas allá de las fronteras. 

Ser un Estado sin identidad definida ha provocado que Líbano sea constantemente pasado a llevar. Su crisis política, entonces, parte por las diferencias de grupos en su interior, y termina acoplándose a los conflictos exteriores. esto se ve reflejado en hechos concretos durante su historia como: 

Revolución de los cedros:

Ocurrió el año 2005, principalmente en Beirut. cuando un millón de hombres y mujeres expresaban el cansancio de la ocupación Siria en el Líbano, que se remonta a fines de la primera guerra civil. el hecho concreto que provocó su estallido fue el asesinato del primer ministro Rafik Hariri, y lograron, en un intento democrático, que se realizaran elecciones parlamentarias y la expulsión de los cerca de 14.000 militantes sirios en la región. El movimiento chiita Hezbollah se opuso a la revolución, ya que manifestaba una postura pro-Siria. La revolución contaba con el apoyo de los países occidentales, lo cual confirmaba la realidad de su influencia en la zona. 

Líbano no conseguía resolver los problemas institucionales y estructurales de su peculiar sistema politico...

Primavera Árabe:

El escenario revolucionario anterior se da vuelta en la primavera árabe, que abre paso a un gobierno pro-Siria bajo Amal, Hezbollah y movimiento patriótico libre.
 Sin embargo, esta si tuvo un impacto ideológico dentro de la sociedad libanesa, con activa influencia en foros regionales de debate sobre valores, aspiraciones y modelos, teniendo efectos tangibles en los partidos políticos.
Su frágil equilibrio político está muy vinculado al de Siria y si se logran las caídas de los regímenes de siria e Irán debilitarían a Hezbollah y permitirían que entraran con más fuerza los principios de la primavera árabe.
El mismo Bashar Al Assad ha afirmado que si cae su régimen, " la inestabilidad puede contagiarse rápidamente al país vecino.
Este impacto es un resultado directo del vínculo social, político, económico y estratégico que mantiene con Siria, que es parte de lo que no permite que Líbano consolide una identidad propia y sufra constantes crisis políticas, en la lucha por la estabilidad. 

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